A largo plazo:
Flacidez – El sol destruye el colágeno y la elastina.
Cuperosis – Se dilatan los vasos sanguíneos superficiales formando rojeces o cuperosis.
Foto-envejecimiento – Al oxidar las células, éstas envejecen antes.
Manchas, Sobrepigmentación.
Cáncer – La exposición a los rayos ultravioletas UVB provoca mutaciones y bajada del sistema inmunológico. Esto ocasiona errores en el código genético y favorece la aparición de cáncer de piel.
En definitiva, el sol es un aliado porque fija el calcio, pero no se debe tomar más de 10 minutos diarios en verano por lo dicho (a no ser de mañana muy temprano y al atardecer).